Saltar al contenido

Cómo saber si un procesador es un pata negra

Cuando escuchas el termino pata negra, inmediatamente tu mente viaja a un jamón, pero se trata de un término que con frecuencia usan los usuarios más experimentados para referirse a los procesadores. Pero; ¿que convierte a un procesador en un pata negra? ¿Qué hace a estos procesadores diferentes al resto? ¡Te lo contamos todo!

¿Qué es un procesador “pata negra”?

procesador pata negra

Esto de mezclar la informática con los jamones puede resultar un poco raro, pero no es más que una forma de definir aquellos procesadores con una calidad superior al resto, utilizando el símil de los mejores jamones, que son los de pata negra. Por lo tanto, los procesadores “pata negra” son los aquellos que han sido agraciados en la lotería del silicio, con un material de la más alta pureza y que, por tanto, pueden ofrecer un rendimiento superior al resto.

No obstante, resulta muy difícil establecer qué procesador se puede considerar como pata negra y cual no, y más teniendo en cuenta que el rendimiento de los procesadores cambia constantemente por la propia evolución de los procesos de fabricación. Así, es probable que lo que se considere hoy un “pata negra” ya no lo sea dentro de unos años.

¿Qué es la Lotería del silicio?

Para entender lo que es un procesador pata negra debemos saber antes que significa lotería del silicio. Se trata del proceso de fabricación de los chips basados en silicio. La fabricación de un procesador lleva un proceso algo complicado. Para el que se requieren diferentes máquinas en varias etapas. Y a además no se trata de un proceso perfecto, muchas veces falla. Se intenta que los procesadores que son fabricados en obleas de silicio tengan la máxima pureza. Pero con frecuencia aparecen impurezas propias del silicio. Si a esto le sumados los posibles fallos en el proceso de fabricación de los procesadores, el resultado son calidades dispares. Y este es el motivo por el que hay chips con imperfecciones que necesitan de un mayor voltaje para poder funcionar.

Casi siempre, los chips que menos imperfecciones presentan son aquellos que se han fabricado en el centro de la oblea. Estos a no presentar imperfecciones necesitan un menor voltaje para funcionar. Por lo que, las velocidades de reloj que alcanzan son mayores y se van a calentar menos a la hora de funcionar. A esto es a lo que se le llama un procesador pata negra.

¿Cómo saber cuando un procesador es pata negra?

Para apreciar de forma clara si un procesador es pata negra hay que hacer overclock. Pues un procesador pata negra va a llegar más lejos, va a consumir menos y calentarse menos. E incluso en ocasiones también se pueden apreciar diferencias en la velocidad. Sobretodo en el caso de los procesadores de las gamas más altas.

Para que nos hagamos una idea aproximada: por ejemplo, un procesador pata negra puede llegar a alcanzar los 5,2 GHz sin que las temperaturas se eleven demasiado, mientras que un chip que no sea pata negra seguramente no pase de unos 4,9-5 GHz.

El problema es que las principales empresas de fabricación de procesadores, como Intel o AMD implementan sus procesadores con unas especificaciones en las que aseguran que todos ellos funcionan de forma correcta. Lo que hace más difícil el saber cuál es pata negra y cuál no. 

¿Qué pasa si mi procesador no es pata negra?

El hecho de que existan procesadores pata negra ha creado una especie de psicosis en algunos usuarios por la busca de un pata negra, pero deben saber que el hecho de que te toque un pata negra es como que te toque la lotería, es suerte. Y en el caso de ser agraciado con dicha lotería, observaras un rendimiento algo superior en el funcionamiento de tu procesador. Aunque si por el contrario, no has tenido esa dicha, tampoco deberías preocuparte demasiado. Ya que los principales fabricantes de estos chips garantizan la calidad de todos sus productos, y lo más probable es que no tengas problemas con tu procesador mas “normal”.

Además, debemos tener en cuenta que la “lotería del silicio” también funciona con otros componentes del ordenador, como los núcleos de las tarjetas gráficas. Por lo que, si no has tenido suerte con el procesador, quizás la tengas con cualquier otro componente.